COMPOSICIÓN DE LA UVA
¿Conoces las partes de la uva? Este pequeño fruto recogido en racimos y obtenido de la vid, se puede comer fresco o utilizarlo para distintas elaboraciones como de brandy, vinagre y, cómo no, el vino. Pero, que no te deje engañar su diminuto aspecto, este fruto está compuesto por distintas partes que las vuelven únicas.
En Bodega Gabriel consideramos que conocer las partes de la uva es una destreza necesaria para la elaboración de un buen vino. Y, es que, las características y la personalidad de los vinos dependen en buena medida de la composición natural de las uvas utilizadas.
De esta forma, fenómenos tan incontrolables para el ser humano como son las lluvias, las temperaturas o la luz del sol, son factores directamente influyentes en la calidad y características de las uvas. Y, para entender cómo estos procesos pueden alterar esos atributos, es necesario conocer las partes de la uva.
Crecimiento
No en todas las fases del crecimiento de una uva sus características son las mismas. Así, es necesario un proceso de maduración para que adquiera todas sus características y propiedades finales. Durante su crecimiento, por ejemplo, el nivel de ácidos es muy elevado y reúne todos los nutrientes y vitaminas necesarias para su desarrollo. Tras esto, comienza el proceso del envero, en el que la uva adquiere un color diferente debido a los pigmentos. Y, tras esto, es cuando comienzan su proceso de maduración y cuando encontremos más azucares que ácidos.
¿Cuáles son las partes de la uva?
El Hollejo
Es básicamente la piel de la uva. Esta influye en el color y el aroma del vino al aportar los pigmentos encargados de realizarlo. Es también en esta parte donde se encuentran las antocianinas responsables de los efectos beneficiosos del vino para tu salud.
Esta parte posee una textura membranosa y elástica con la misión de proteger y envolver todos los nutrientes de las uvas. Es en su parte externa donde se encuentra la pruina, un recubrimiento céreo que acumula levaduras del ambiente que permiten la fermentación del mosto.
La pulpa
Esta parte se localiza en el interior del hollejo. Está compuesto principalmente de agua y contiene el mosto que prensamos a la hora de elaborar el vino. Aquí también se encuentran los azúcares (glucosa y fructosa, principalmente), las vitaminas, y ciertos ácidos que definen el sabor del vino. La glucosa es la que permite la fermentación alcohólica y la fructosa aporta al vino sabor y dulzor.
Las pepitas
Las pepitas o las semillas de la uva aparecen entre dos y cuatro dentro de los hollejos. Están cubiertas por una capa protectora que se llama endocarpio. A la hora de recoger la uva, es necesario que las semillas estén maduras para evitar su sabor amargo. De esta forma, en cierta medida, son las encargadas de marcar el inicio de la vendimia.
El Raspón
Si visualizamos un racimo de uvas, podemos imaginarnos cómo los racimos están unidos entre sí mediante pequeñas ramas. Bien, esa parte se reconoce como raspón y permite esa unión entre racimos. Además, son la parte que alimenta a las uvas, transmitiendo los nutrientes desde la vid. En alguna ocasión son utilizados para la propia elaboración del vino, aportándole carácter herbáceo.
El pedicelo
Si el raspón une los racimos, el pedicelo es el encargado de unir el grano de la uva con el raspón. Así, es el enlace encargado de llevar los nutrientes desde el raspón al interior del fruto.